Acequia del Cadí, Granada

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Azud de la acequia del Cadí, construido en el periodo de la Región de Granada.

La acequia del Cadí, o del Candil en habla tradicional granadina, es una construcción casi milenaria acequia, elemento patrimonial e histórico de primer orden, que nace en Pinos Genil, pasa por cenes y llega a la ciudad de Granada, todo ello al pie de Sierra Nevada, en el inicio de la Vega de Granada, Provincia de Granada, Region Histórica de Granada.

El azud, una imagen para el recuerdo, a punto de ser demolido en parte. Está construida en el cauce del río Genil, Síngilis para los romanos. En él, los lugareños construyen grandes pozas con materiales naturales que frenan la marcha del agua al mar, a la vez que humedecen el seco aire refrescándolo, estas humildes construcciones sirven para liberar del calor veraniego a las personas que allí se bañan haciendo un doble beneficio ecológico: se reduce el consumo en aire acondicionado que no se usa al venir al baño, y se evita el consumo de combustibles fósiles en las grandes distancias al mar.

HISTORIA[editar | editar código]

La acequia fue creada para llevar agua a Garnata al Yahud (la Granada de los judíos) y tierras de cultivo próximas, el primero de los tres, este nombre de origen judío fue el que los reyes ziríes adoptaron para el primer Reino de Granada.

La capital fue creciendo y necesitó pronto más agua para personas y tierras de cultivo, por ello, en tiempos almohades se terminó este cauce que amplió la tradicional Acequia Gorda.

Durante el segundo Reino de Granada, Nazarí, la acequia siguió siendo mimada y restaurada, los árabes conocen la vital importancia del agua en la tierra como fuente de vida e intentaban retrasar su llegada al mar.

En el tercer Reino de Granada, como no podía ser de otra forma, la acequia siguió cuidándose y mejorándose para cultivos tradicionales y los llegados de América.

Durante el periodo de la Región de Granada siguió cuidándose y restaurándose, no siempre con acierto, pues parte de ella se canalizó en los últimos años destruyendo algunos segmentos del ecosistema con la cementación con hormigón.

LOS ECOSISTEMAS DE LA ACEQUIA DEL CADÍ[editar | editar código]

Al igual que todas las antiguas acequias, la del Cadí, en sus casi mil años de vida creó con esfuerzo secular dos importantes ecosistemas: El ecosistema de la acequia propiamente dicha con sus plantas del borde y otras que vivían de los derrámenes y filtraciones del cauce de tierra, que también en parte enriquecía a los acuíferos. De los insectos que dependían del agua vivían anfibios; los mamíferos se acercaban ella a beber y alimentarse de sus plantas; las aves se acercaban a beber, a comer y a recoger restos de plantas para construir sus nidos... Setas y hongos descomponedores crecían a su amparo enriqueciendo el suelo con los restos que dejaban... un ecosistema en toda regla y casi milenario. El ecosistema de los huertos y huertas que regaba, donde plantas, animales y hongos formaban una comunidad que fertilizaba ese suelo. Por otro lado los acuíferos se recargaban de agua al no estar cementada la acequia y también por el sistema tradicional de riego, de forma que así, el agua dulce, tan importante, permanecía más tiempo en la tierra alimentando fuentes naturales, plantas, animales y personas; se intentaba sabiamente aprovechar hasta la última gota àra que el agua no fuese al mar a diluirse con la salada y perderse donde no es necesaria.

Hoy con el dinero de nuestros impuestos, políticos desde sus lejanos despachos han decidido terminar con este sistema generador de vida natural.

La acequia casi ha muerto y con ella los dos ecosistemas que con tanto esfuerzo y siglos creó. El agua ya parte con rapidez hacia el mar, donde es inútil el agua dulce, pero antes desarrollará urbanizaciones costeras y del valle del Guadalquivir, fomentará el puerto de Sevilla...

ESTADO ACTUAL[editar | editar código]

Rebosadero de la acequia del Cadí en lamentable estado de abandono.

En la parte más alta, cerca de Pinos Genil, encontramos la gran represa o azud con compuertas en proceso de destrucción, un monumento que embellece el paraje y que derivaba hasta hace poco, una parte del agua del río Genil creando vida en tierras hace mil años sedientas.

Cerca del azud existe un estanque de decantación para limpiar las aguas de la acequia de arenas y otras impurezas. Compuertas, filtros dobles, rebosadero, compuertas para la limpieza... todo en estado de abandono, aunque hace unos años se adecentó y restauró valorando la gran importancia histórica del monumento de la acequia. Hoy yace en cada vez peor estado.

De estos elementos arranca una acequia casi destruida y colmatada que en una parte está cementada y en otra parece que conserva su estado natural. Pero en poco tiempo desaparecerá por completo este viejo cauce musulmán y cristiano que las administraciones autonómica y central parece que no valoran y han olvidado.

La poca vegetación que queda, agoniza por la falta de agua y nutrientes naturales del ecosistema extinto.

A dos metros de los restos de la acequia del Cadí, pero muy por encima de ellos, se alza la Puerta de Sierra Nevada, un hermoso arco triunfal, similar a los romanos, construido el año MCMXCI por el ayuntamiento de Cenes, quien supo valorar su patrimonio hidráulico, histórico y natural.

PROPÓSITO DE ESTA PUBLICACIÓN[editar | editar código]

La acequia y sus ecosistemas aún son recuperables, es cierto que el dinero de los ciudadanos debe ser gastado por los políticos de turno en la restauración del cauce, flora y fauna, pero merece la pena. Y aún seguiría sobrando agua para el cauce.

Esperemos que la cordura regrese y los políticos salgan de sus lejanos despachos de ciudad y se acerquen a los ayuntamientos, ciudadanos y agricultores para salvar este patrimonio que es de todos, y que con el dinero de todos esta siendo destruido.