Baños de la Encina, ermita del Cristo del Llano
Baños de la Encina, Jaén, Santo Reino de Jaén, España, está situado sobre suaves colinas en las últimas estribaciones de Sierra Morena, ya en la parte alta del Valle del Guadalquivir.
Esta es una localidad que perteneció al Reino de Granada I o Zirí y tras la reconquista al Santo Reino de Jaén, después a la Región de Granada o Región de A. Oriental, periodos en que gozó de esplendor como se ve claramente en sus monumentos. Desde hace unos 40 años pertenece a Andalucía.
ERMITA DEL CRISTO DEL LLANO[editar | editar código]
Es una obra construida en piedra durante los siglos XVI al XVII, muy sobria exteriormente y con gran recargamiento decorativo en el interior.
Exterior[editar | editar código]
El exterior muestra su fábrica de cantería de sillares bien labrados y dos sencillas portadas, más rica la de los pies, y sobre esta fachada se eleva una espadaña para las campanas.
Tras la cabecera destaca el poderoso volumen del camarín añadido posteriormente, con algo más de decoración exterior.
Interior[editar | editar código]
La única nave del templo se cubre con bóveda de medio cañón con arcos fajones. El presbiterio es un falso crucero por las escasas dimensiones de sus brazos, que se cubre con una cúpula sobre pechinas.
Todo este espacio se encuentra decorado por pinturas al temple del siglo XVIII con escenas religiosas, molduras, elementos vegetales... en ellas aparecen los tableros recortados en vertical creados por Alonso Cano, el maestro de la Escuela Granadina
La cabecera la ocupa un retablo que conserva en el ático tres lienzos originales, el resto fue destruido en la Guerra Civil. Tras él se abre el camarín del Cristo del Llano, con un interior que es obra del siglo XVIII, que sí conservó su decoración al haber sido convertido en almacén en la pasada guerra, y como nuevo acceso construyeron una escalera desde la iglesia a través del arco del retablo mayor.
El coro se sitúa en alto, a los pies del templo, está sostenido por una bóveda rebajada decorada con pinturas al trampantojo de sillares de mármol y elementos figurativos de temática religiosa.
Los suelos son un mosaico geométrico muy bien trabajado, para ellos se han utilizado mármoles de diversos colores y procedencias.
EL CAMARÍN[editar | editar código]
Por su riqueza y valor merece un capítulo especial.
La subida se efectúa por una escalera cubierta con cúpula, pequeños tramos de bóvedas y dos cuartos de esfera, decoradas con bellas yeserías polícromas.
El camarín es de estilo barroco y posee rica decoración de yeserías polícromas con raíces en la Escuela Granadina de Yeseros y Escayolistas y la Alhambra, que extendió su influencia por el Levante Español, el Reino de Jaén y la vecina Andalucía. Sobre un zócalo que imita mármoles, se elevan recargados estípites en paredes completamente recubiertas de decoración, encima hay una complicada cornisa sobre la que descansan las cuatro pechinas que son la base de la bella cúpula, todo decorado con yeserías de formas vegetales, molduras, mascarones grotescos y multitud de imágenes de ángeles, músicos y personajes bíblicos. La multitud de espejos incrustados en las yeserías recuerdan al camarín de la Virgen del Rosario de la iglesia de Santo Domingo de Granada, estos convierten el espacio en un deslumbrante cofre que guarda el tesoro del pueblo, la imagen sagrada, un cristo de tipología castellana que es una reproducción del destruido en la Guerra Civil.
Estas yeserías conservan un claro sabor nazarí (Reino de Granada II), donde más claramente se aprecia es en la red de rombos tan usada en la Alhambra y otros palacios del Reino Nazarí de Granada (Málaga, Almería...), cosa que muestra el respeto y valoración de nuestra tierra e Iglesia por el arte islámico.
Las pechinas se hallan centradas por cuatro grandes espejos azogados orientados a la imagen de Cristo crucificado que se encuentra en el centro.
El conjunto, como se ve, muestra una clara influencia de la Cartuja de Granada tanto en la formas como en el movimiento.