Murchas
Murchas es una pequeña localidad de la comarca del Valle de Lecrín, entre la costa Tropical de Granada, Sierra Nevada y la vega de Granada. Es el valle por donde pasa el Río Dúrcal que fertiliza las tierras y da vida a los ecosistemas de estas milenarias vegas. Su arquitectura es la típica de esta comarca y su paisaje está humanizado por una agricultura milenaria que produce buenos y abundantes frutos. Entre su patrimonio podemos destacar su iglesia, la acequia de los Arcos y el cercano castillo de Lojuela.
LOCALIZACIÓN[editar | editar código]
Se trata de una pequeña población de unos escasos 200 habitantes situada en la margen derecha del río Torrente que nace en Sierra Nevada. Murchas pertenece al municipio de Lecrín, en la comarca del Valle de Lecrín, Provincia de Granada, Región Histórica de Granada, España.
PAISAJE Y AGRICULTURA DE MURCHAS[editar | editar código]
Son similares a los del resto del Valle de Lecrín, zonas de secano donde no llega el agua de riego y zonas de vega con riego que producen productos de primera calidad. Respecto a la producción destacan los naranjos arropados por los olivos para protegerlos de los fríos, especialmente los del pasado pues las temperaturas son hoy día levemente más altas, hortalizas, frutales...
IGLESIA DE S. JUAN EVANGELISTA[editar | editar código]
Es un templo reconstruido tras el terremoto de Alhama de Granada (25 de diciembre de 1884) que la destruyó perdiéndose sus techumbres y diversas obras de arte. El edificio original era una obra del siglo XVII, es decir, construido en el periodo del Reino de Granada III o Cristiano.
Descripción actual[editar | editar código]
Es un templo de estilo Mudéjar Granadino de tipo II https://laclase55.blogspot.com/2017/08/el-mudejar-granadino-elementos.html Es decir, con una nave y una capilla mayor diferenciada de la primera por un gran arco toral de medio punto sustentado por pilastras, aunque presenta capillas hornacinas de muy poca profundidad en los laterales con una excepción que sí es una capilla propiamente dicha y por tanto de mayor profundidad
Exterior[editar | editar código]
Sus muros y torre presentan a ala vista la fábrica de cajones de mampostería de grandes piedras irregulares unidas por duro mortero de cal viva y arena amasado con agua, Los cajones se encuentran encintados con delgadas hileras horizontales de ladrillo macizo y poderosos machones verticales también de ladrillo, igualmente unidos con mortero de cal viva y arena. Las ventanas, muchas de ellas tapiadas, son rectangulares con arcos escarzanos, mientras que las superiores del templo suelen ser semicirculares. La torre se sitúa a los pies, junto a la portada. Tiene dos cuerpos separados por grandes cornisas de ladrillo, más el cuerpo de campanas que está realizado íntegramente en ladrillo unido por mortero de cal y arena. Par las campanas tiene cuatro vanos rematados por arcos de medio punto con doble rosca de ladrillo. El tejado de la torre arranca de una gran cornisa terminada en dentículos. La portada es muy sencilla, un vano adintelado, es decir, sin arco, con dos sencillas pilastras a los lados y un remate encima con original composición.
Interior[editar | editar código]
La planta está dividida en dos espacios diferenciados, la nave rectangular y la capilla mayor cuadrada, que están separadas por un gran arco toral de medio punto sustentado por pilastras (pilares adosados al muro) que se rematan en una moldura a modo de capitel. Los muros laterales tienen una serie de capillas-hornacina y por tanto de escasísima profundidad, que consisten en arcos de medio punto embutidos en los gruesos muros, los justo para poder albergar retablos que no existen hoy día. Entre las capillas-hornacina hay una de tipo normal, cuadrangular, que sirvió de baptisterio. La cubierta de la nave y capilla mayor es plana de escayola decorada con molduras con algo de policromía.
Bienes muebles[editar | editar código]
Tras las destrucciones del terremoto de Alhama se perdieron retablos y cierto número de tallas y pinturas, algunas de las cuales fueron sustituidas por otras nuevas. Hoy se conservan imágenes de S, Juan, la Virgen con el Niño, el Arcángel San Miguel, Santa Lucía, la Virgen de Gracia la Soledad...
ACEQUIA DE LOS ARCOS[editar | editar código]
Es una obra al parecer de época musulmana, pero conserva restos de origen romano, recordemos que los árabes aprendieron de Roma la ingeniería del agua, aunque nunca llegaron a igualarlos. Muchas acequias islámicas son acueductos romanos simplificados o aumentados en longitud, pero normalmente mucho más elementales que los originales. Esta acequia o acueducto ha sido restaurado recientemente, reconstruyendo las partes destruidas o deterioradas para que siguiese manteniendo su función para el riego.
ARQUITECTURA POPULAR DE MURCHAS[editar | editar código]
Las viviendas siguen la línea de la arquitectura granadina en su variedad del Valle de Lecrín, que tiene características propias y originales como los hermosos aleros policromados sobre canecillos, también el colorido de las fachadas que va desapareciendo sustituido por el blanco. Los tejados tenían la curvatura que les da el nombre de pagoda granatense, una concavidad parecida a la de las pagodas que tiene su origen en la Edad Media y que es muy útil para evitar que el viento se lleve las tejas al romper la fuerza de este con la curvatura, y en lugares de nevada para evitar que caiga la nieve del tejado de golpe sobre las cabezas de los viandantes. Las rejas son elegantes y sobrias, pero las más ricas están decoradas con emplomados de fundición (antiguos apliques de plomo decorativo en los arranques y cruces de barrotes, hoy ya se fabrican en serie con hierro), sin los tejadillos de otras provincias ni molduras del tipo sevillano. Las barandas de los balcones son de hierro forjado o fundido también elegantes por su sobriedad. Algunas viviendas conservan en su última planta atrojes o cámaras, según la comarca donde se nombren. Son unas estancias para guardar y curar la matanza, o almacenar trigo y otros alimentos como membrillos, melones, caquis sobre la paja… claro estos usos varían dependiendo de la zona de Granada de que se trate. Un capítulo especial merecen los molinos, tantas veces movidos por el agua de las acequias en el pasado.