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Revisión actual - 18:11 18 oct 2021
Nace en Córdoba o Granada (España), en 1506
Muere en Mariquita (Colombia) el 16 de febrero del 1579
Aunque hay dudas sobre si nació en Granada o en Córdoba lo cierto es que la familia Jiménez de Quesada, compuesta por los padres y 6 hermanos de los que Gonzalo era el mayor, vive en Córdoba pero el padre, después de haber tenido un quebranto económico a causa de unos avales a los que tuvo que hacer frente, decide ejercer su profesión de abogado en Granada para mejorar la economía familiar.
En 1530 Gonzalo empieza a estudiar derecho en Salamanca, después de haber participado en Italia como soldado.
Cuando finaliza sus estudios brillantemente, comienza a trabajar en la Real Chancillería de Granada donde ocupó un puesto de letrado. Esto le valió para que cuando Pedro Fernández de Lugo fuera nombrado gobernador de Santa Marta y se le concedieron capitulaciones con el título de adelantado y derecho a llevar a su personal de confianza designó a Jiménez de Quesada como Justicia Mayor y Teniente General de la expedición considerando que era “hombre despierto y de agudo ingenio, no menos apto para las armas que para las letras”.
La expedición salió de inmediato para América y en 1536 Jiménez de Quesada ya se encontraba en el Nuevo Mundo.
La primera misión que le encomendó Fernández de Lugo fue adentrarse en las ricas tierras del interior del continente donde habían fracasado anteriores expediciones debido a las dificultades del terreno. Quesada pudo superar todas las dificultades orográficas y en 1537 llegó hasta Cundinamarca, pero allí tuvo que superar otras dificultades como plagas tropicales, mosquitos, el ataque de indígenas con flechas envenenadas y superar la barrera de los Andes Septentrionales.
El 6 de agosto de 1538, el licenciado Quesada llega a la Planicie de Cundinamarca funda la ciudad de Santa Fe de Bogotá, la que había de convertirse en la capital del reino de Nueva Granada. Él mismo dijo que le puso ese nombre:
“así por vivir él, cuando vivía en España, de este otro Reino de Granada, y también porque se parecen mucho el uno al otro”
En 1539 llegaron otras dos expediciones, una desde Perú al mando de Benalcázar y otra desde Venezuela al mando del alemán Federmann y como los tres se arrogaban el derecho a ser gobernadores, decidieron viajar los tres a España para que el rey decidiera. Aunque el mérito de la conquista fue de Quesada por ser el primero en llegar y porque lo hizo por mandato de su superior, el Consejo de Indias no nombró a ninguno de ellos gobernador.
La importancia estratégica y la extensión de los territorios conquistados por Jiménez de Quesada podían compararse con lo conquistado por Hernán Cortés, pero en la sabana de Cundinamarca no había las riquezas que tenía México. Por ello la conquista de Quesada ha quedado en la historia en un segundo plano.
Jiménez de Quesada estuvo fuera de América 12 años, del 1539 al 1551. Fueron años muy duros para los conquistadores, y él tuvo que enfrentarse a pleitos e incluso a la cárcel. Incluso estuvo viviendo en Portugal y en Francia hasta que se le conminó a que volviera para enfrentarse a diferentes juicios. Al final fue absuelto de todo y por fin, el 25 de mayo de 1547, ocho años después de su regreso, se le nombró mariscal de Nueva Granada, se le otorgó escudo de armas, se le nombró regidor más antiguo de Santafé y se le prometió título de adelantado.
Vuelve al Reino de Nueva Granada y en 1550 emprende una nueva expedición por la región de los Llanos Orientales en busca de El Dorado, su verdadera obsesión, pero fracasó en ello. Las riberas del impetuoso Orinoco fueron superiores a sus ya menguadas fuerzas. Viejo, enfermo y arruinado, se retiró en Suesca. Allí se dedicó a escribir una serie de obras sobre los primeros años de la colonización de las cuales se han perdido la mayor parte. Sí se ha conservado el Epitome de la conquista del Nuevo Reino de Granada y su Antijovio, texto en el que relata la historia de Europa en el periodo en el que él vivió y trata de demostrar la falsedad de los relatos antiespañoles del cronista italiano Paulo Jovio.
En 1579 se trasladó a Mariquita, donde murió a la avanzada edad para la época de 73 años, posiblemente de lepra. Fue un conquistador especial: era instruido, sabía leer, escribir y era abogado. Sus hombres le rindieron honores de adelantado ya que consideraban que él y solo él había descubierto y conquistado las tierras de Nueva Granada.
La noticia de su fallecimiento produjo consternación en todo el reino. Se le enterró en Mariquita, pero en 1597 sus restos fueron trasladados a Santafé de Bogotá y se colocaron en la catedral, en el lado de la Epístola.